Tercer y último titular de La Vanguardia. Le había prometido a mi notario no volver a perder el tiempo con este diario. Espero que me perdone esta última excursión, porque el asunto no tiene desperdicio. Sin que sirva de precedente, suscribo lo publicado en el artículo del inefable Alfredo Abián, en su prosa dislocada y apocalíptica :
"La supresión del adversario, bien sea por exterminio físico o por abducción electoral, ha sido un objetivo que históricamente ha estado presente en dictaduras y en democracias. Las sociedades complejas siempre han inquietado a los rectores únicos vocacionales; esa pedantocracia que sólo ve un mundo en blanco y negro, gama cromática ideal para los daltónicos cazadores de brujas."
En un post previo, veíamos como Manuel Trallero se preguntaba cuál sería la reacción airada de la prensa y de las vivérrimas fuerzas de la sociedad, si algunos hechos probados tuvieran otros protagonistas. Debe tener cuidado Abián, si no quiere que alguien del PP catalán o de Ciutadans busquen su amparo y le citen como fuente autorizada. Podría llegar el caso de que tuviera que escuchar cosas tan infamantes como lerrouxista o incluso cutre, Dios no lo quiera.
PD: Algún lector de este blog ha reclamado el reconocimiento de estos editoriales como "pequeñas gemas ultraístas", opinión que no necesariamente compartimos. Por gentileza, y por coherencia con el apocalíptico tono del editorial, sí hemos incluido en el título (clickable) el enlace al vídeo cuasihomónimo (para quien no quiera darse de alta en YouTube puede probar aquí, aunque el vídeo original ofrece perspectivas ignotas).
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