La Vanguardia ha publicado una encuesta electoral sobre intención de voto en Cataluña en la que no se informa de los resultados del PP ni de Ciutadans. Como suena. Lo voy a repetir porque parece sacado de 1984. La Vanguardia ha publicado una encuesta electoral sobre intención de voto en Cataluña en la que no se informa de los resultados del PP ni de Ciutadans.
Se da información exclusivamente sobre los procentajes de CiU, PSC, ICV-EUiA y ERC. Resulta sorprendente en un medio que tanto se sorprendió de la entrada de Ciutadans en el parlamento catalán. Lo que no dicen es que sus porcentajes son los mismos, lo que podría implicar que ERC, que presenta el mayor descenso en itención de voto, pasase en realidad a ser el cuarto partido en Cataluña en favor del PP, que pasaría a ser el tercero.
Una eventualidad que dejaría aún más claro que ERC, uno de los partidos con mayor presencia en los medios de comunicación y en muchas de las decisiones políticas en Cataluña es un partido minoritario en su propio ámbito (lo es en cualquier caso con un 12.5% de votos). Y que el PP, lejos de ser un apestado, concitaría más votos que ERC o que Iniciativa, dos de los tres partidos en el Gobierno. Posibilidad que ignoramos porque a La Vanguardia le importa un huevo lo que opina el cerca del 20% del electorado que no vota, según sus propios resultados, a los partidos anteriormente indicados. Alucinante. Lo peor es que no están sólos.
Una sauna para padrinos, en palabras de Félix de Azúa.
"Habiendo nacido ciudadano de un Estado libre y miembro del soberano, por mínima que sea la influencia que mi voz pueda ejercer en asuntos políticos, el derecho de voto me obliga a instruirme en tales temas." Jean-Jaques Rousseau, El contrato social, 1762 “No desperdicies la vida en odiar y tener miedo” Marie-Henri Beyle (Stendhal), Lucien Leuwen, 1894
domingo, abril 29, 2007
miércoles, abril 25, 2007
Casi nunca es tarde
Pasqual Maragall, ex presidente de la Generalitat y valedor del Estatuto hasta el extremo de pasar alevosamente por encima de la ley, reconoce en una entrevista que la reforma del Estatuto de Catalunya no ha valido la pena. El PSC la da validez a lo dicho por boca de su portavoz: "Maragall no es una persona hecha para las declaraciones políticas de tipo mediático, es una persona que acostumbra a hacer reflexión sobre la política". Joan Ridao, portavoz de Esquerra, dice que su partido "comparte" la visión de Maragall. ICV no se pronuncia y los últimos en llegar, CIU, lo defienden con la fe del converso.
Lo cierto es que fueron más los catalanes que se quedaron en casa, o mejor aún se fueron a la playa el día que se votaba en referendum la aprobación de un estatuto que nadie pidió. La mejor imagen del atronador silencio de la población, los carteles institucionales que colgaban en Las Ramblas reclamando "Volem l'Estatut", vana evocación de las manifestaciones que décadas antes sí lo exigieron.
No hacía falta. Ya, pero de algo había que dotarse para justificar la propia existencia ante una ciudadanía que empieza a estar más que harta y que no exhibe ni por asomo el radicalismo de quienes dicen representarlos. Nunca es tarde, pero ya han pasado 3 años de la esperadísima alternativa a más de dos décadas de gobierno de Pujol y aún no sabemos qué saben hacer que sea de izquierdas.
Yo los voté. Sigo esperando.
Lo cierto es que fueron más los catalanes que se quedaron en casa, o mejor aún se fueron a la playa el día que se votaba en referendum la aprobación de un estatuto que nadie pidió. La mejor imagen del atronador silencio de la población, los carteles institucionales que colgaban en Las Ramblas reclamando "Volem l'Estatut", vana evocación de las manifestaciones que décadas antes sí lo exigieron.
No hacía falta. Ya, pero de algo había que dotarse para justificar la propia existencia ante una ciudadanía que empieza a estar más que harta y que no exhibe ni por asomo el radicalismo de quienes dicen representarlos. Nunca es tarde, pero ya han pasado 3 años de la esperadísima alternativa a más de dos décadas de gobierno de Pujol y aún no sabemos qué saben hacer que sea de izquierdas.
Yo los voté. Sigo esperando.
martes, abril 24, 2007
Periodismo independiente... y lo que te rondaré morena
Descubrimos hoy otra forma de simular dar información, sin darla. Durante un tiempo creí que el problema de La Vanguardia era pereza mental, pero no, para según qué cosas, ideas no les faltan. Por ejemplo, se puede redactar la noticia sobre el ataque ayer al tenderete de Ciutadans y colgarla en la página web y ... no enlazarla desde ningún índice! Puede el interesado buscar la página principal o en el apartado de sucesos, donde según el titulín debería estar ubicada la noticia. Así si alguien señala que se oculta información, La Vanguardia podrá argumentar que no, que si se informó. Ah! Y recuperando uno de los subterfugios anteriores, se ofrece más información sobre "Barcelona", "Sant Jordi", "Mossos" y ojo, ¡"Calvet" o "Diagonal" (las calles en cuya intersección se produjo el ataque) pero no "Ciutadans"!
Por supuesto, el editorial se explaya en la absoluta "normalidad" del día de Sant jordi. Luego dirán que no se les oye. ¿Y si probaran a tratarlos, al menos, como a Batasuna?
Por supuesto, el editorial se explaya en la absoluta "normalidad" del día de Sant jordi. Luego dirán que no se les oye. ¿Y si probaran a tratarlos, al menos, como a Batasuna?
lunes, abril 23, 2007
Aún más periodismo independiente
En una entrada previa sobre el plagio del programa de Ciutadans por parte del PSOE de Canarias, se señalaba la torticera forma en que La Vanguardia ninguneaba el protagonismo del partido catalán, limitándose a nombrarlo, sin recabar su versión de lo sucedido. Daniel Tercero disecciona hoy en su blog como el muy independiente diario El País, le gana la partida al anterior en su edición catalana: se puede dar noticias sobre Ciutadans sin nombrarlos siquiera . Luego dirán que ni se les oye. No hace falta un seguimiento específico, tal vez bastaría se les quitara la sordina.
De la independencia de este medio (y de algunos de los problemas a los que estructuralmente nos aboca el actual sistema de partidos) da más que interesante cuenta esta entrevista a Hermann Tertsch, ex jefe de la sección de opinión de El País y que ha sido despedido tras 22 años por discrepar de la actual línea editorial.
De la independencia de este medio (y de algunos de los problemas a los que estructuralmente nos aboca el actual sistema de partidos) da más que interesante cuenta esta entrevista a Hermann Tertsch, ex jefe de la sección de opinión de El País y que ha sido despedido tras 22 años por discrepar de la actual línea editorial.
sábado, abril 21, 2007
La política catalana vista por los ciudadanos
El Institut d' Estadística de Catalunya ha publicado en su página web los resultados del estudio "Percepció de nivell de vida i actituds devant la política". Resumo a continuación algunos resultados, publicados en Abril de 2007, correspondientes a datos obtenidos en Diciembre de 2006, poco después de las últimas elecciones catalanas.
El 60% de la población encuestada declara que le interesa poco o nada la política y sólo uno de cada once encuestados declara que le interesa mucho. Tal vez por ello, la gran mayoría (66.7%) habla con poca frecuencia de política o no lo hace nunca.
De todas las opciones de respuesta sobre el difuso concepto de "sentimiento de pertenencia", centrado en el eje Cataluña-España, la opción mayoritaria con enorme diferencia es la de sentirse tan catalán como español (46.9%). Uno de cada cuatro dice sentirse más catalán que español, siendo las posiciones extremas casi anecdóticas: poco más de 1 de cada 8 afirma sentirse sólo catalán y uno de cada 13 sólo español.
Casi la mitad de los encuestados afirma tener problemas para llegar a final de mes (47.2%). El nivel de vida tiene interés para entender el fenómeno polítcio, como demuestra en el mismo estudio el hecho de que éste se asocie significativamente con el interés por la política y, en menor medida con "el sentimiento de pertenencia". A mayor nivel de vida, mayor interés por la política y mayor sentimiento de pertenencia a Cataluña. No existe sin embargo asociación entre nivel de vida y simpatía por un partido político concreto.
El escaso interés por la política tiene su correspondencia en la abstención: 1 de cada 3 catalanes de clases baja y media-baja declaren haberse abstenido, mientras que más 4 de cada 5 de clase alta dicen haber votado. ¿Los motivos? De entre los que ofrecen alguno para no haber votado, más de la mitad de ellos afirma que la política catalana se centra en temas que no son importantes. Y sin embargo sólo 1 de cada 3 encuestados considera que las elecciones autonómica son poco importantes para ellos.
En resumidas cuentas:
1. A la gran mayoría de ciudadanos catalanes no les interesa la política. Estos asuntos despiertamente especialmente poco interés en los ciudadanos de clases bajas.
2. La mayoría de los ciudadanos catalanes se siente tan catalán como español y todas las posiciones extremas son muy minoritarias. Las clases sociales altas son las que demuestran un mayor grado de pertenencia a Cataluña.
3. La gran mayoría de los catalanes que afirman haberse abstenido en las últimas elecciones no considera que no fueran importantes y sí consideran en cambio que es la política catalana la que se centra en temas que no lo son.
Dejando para más adelante una interpretación general de los datos, emergen algunas conclusiones obvias. Vista la desigual abstención según clase social, en el Parlament de Catalunya hay una mayor representación de las clases altas que las bajas. No creo que esto sea muy distinto en otras cámaras de representación, pero no resta un ápice de importancia al dato. En otros términos de representatividad, y obviando que los diputados pertenecen ya de entrada a la minoritaria opción de a los que sí les interesa la política, costaría encontrar a los 65 diputados (50% de la cámara) con problemas para llegar a fin de mes, no digamos a los 65 que dijeran sentirse tan catalanes como españoles.
En el caso del Govern, en cambio, no habría ninguna duda: ninguno en cualquiera de los casos.
El 60% de la población encuestada declara que le interesa poco o nada la política y sólo uno de cada once encuestados declara que le interesa mucho. Tal vez por ello, la gran mayoría (66.7%) habla con poca frecuencia de política o no lo hace nunca.
De todas las opciones de respuesta sobre el difuso concepto de "sentimiento de pertenencia", centrado en el eje Cataluña-España, la opción mayoritaria con enorme diferencia es la de sentirse tan catalán como español (46.9%). Uno de cada cuatro dice sentirse más catalán que español, siendo las posiciones extremas casi anecdóticas: poco más de 1 de cada 8 afirma sentirse sólo catalán y uno de cada 13 sólo español.
Casi la mitad de los encuestados afirma tener problemas para llegar a final de mes (47.2%). El nivel de vida tiene interés para entender el fenómeno polítcio, como demuestra en el mismo estudio el hecho de que éste se asocie significativamente con el interés por la política y, en menor medida con "el sentimiento de pertenencia". A mayor nivel de vida, mayor interés por la política y mayor sentimiento de pertenencia a Cataluña. No existe sin embargo asociación entre nivel de vida y simpatía por un partido político concreto.
El escaso interés por la política tiene su correspondencia en la abstención: 1 de cada 3 catalanes de clases baja y media-baja declaren haberse abstenido, mientras que más 4 de cada 5 de clase alta dicen haber votado. ¿Los motivos? De entre los que ofrecen alguno para no haber votado, más de la mitad de ellos afirma que la política catalana se centra en temas que no son importantes. Y sin embargo sólo 1 de cada 3 encuestados considera que las elecciones autonómica son poco importantes para ellos.
En resumidas cuentas:
1. A la gran mayoría de ciudadanos catalanes no les interesa la política. Estos asuntos despiertamente especialmente poco interés en los ciudadanos de clases bajas.
2. La mayoría de los ciudadanos catalanes se siente tan catalán como español y todas las posiciones extremas son muy minoritarias. Las clases sociales altas son las que demuestran un mayor grado de pertenencia a Cataluña.
3. La gran mayoría de los catalanes que afirman haberse abstenido en las últimas elecciones no considera que no fueran importantes y sí consideran en cambio que es la política catalana la que se centra en temas que no lo son.
Dejando para más adelante una interpretación general de los datos, emergen algunas conclusiones obvias. Vista la desigual abstención según clase social, en el Parlament de Catalunya hay una mayor representación de las clases altas que las bajas. No creo que esto sea muy distinto en otras cámaras de representación, pero no resta un ápice de importancia al dato. En otros términos de representatividad, y obviando que los diputados pertenecen ya de entrada a la minoritaria opción de a los que sí les interesa la política, costaría encontrar a los 65 diputados (50% de la cámara) con problemas para llegar a fin de mes, no digamos a los 65 que dijeran sentirse tan catalanes como españoles.
En el caso del Govern, en cambio, no habría ninguna duda: ninguno en cualquiera de los casos.
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