Será la redescubierta grafomanía de mi hija, será la mezcla de incredulidad, hartazgo e indignación con lo que ocurre en España, será efecto de la mera ley del péndulo, será que me sobra el tiempo (la única que sé positivamente que es mentira), en fin será por lo que sea que sea, pero heme aquí de Pravia reflotando este pecio, a ver cuánto aguantamos este tirón.
Me comprometo firmemente, eso sí, ante tí, sufrido y amado lector (es singular no es genérico, ni siquiera es modestia, es una verdadera aspiración) a escribir con periodicidad nula, sobre temas seleccionados de forma completamente arbitraria y con estructura caótica.
Y ya puestos sin casarme con nadie. Que si al menos pagaran esto, aún podría valer la pena, pero saliendo a perder, ya son ganas.
Nos vemos por aquí.
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