lunes, noviembre 26, 2012

El 26 de veras y lo que verás

La primera noticia es que la abstención sólo ganó por mayoría simple. De algo más de 3 millones y medio de electores, algo más de medio millón no fue a votar. Vistos los resultados (todos los partidos crecieron, y mucho, menos CiU y PSC que perdieron un número parecido de votos) parece que en general lo que a la gente levantó del sillón fue, entre otras cosas, asegurarse de que Mas no ganara (que Navarro no iba a ganar estaba ya bastante claro).

La segunda noticia es que CiU no sólo no se ha quedado como estaba sino que de hecho ha perido la quinta parte del apoyo popular que antes tenía. No es mucho, pero para hacerse una idea es el tercer peor resultado de CiU en su historia, algo difícilmente compatible con la buscada mayoría excepcional que motivó el adelanto de las elecciones, lejos de los 1.346.729 votos que cosechó CiU en 1984 con una población y un porcentaje de participación sustancialmente menores y decididamente menor del apoyo que el propio Mas recibió hace sólo dos años.

Lo demás es menos noticia porque es lo que se esperaba, exceptuando una cuestión de grado, que es el aumento de Esquerra Republicana, mayor de lo anunciado por las encuestas y que probablemnet responde a los escaños "faltantes" de CiU. En términos generales, por otra parte, no tiene nada de excepcional: similares y aún mejores resultados obtuvo en las dos anteriores legislaturas con Carod-Rovira.

Personalmente el resultado de Ciutadans, aunque dobla apoyo popular, superando con creces el recibido en las últimas elecciones por Esquerra e Iniciativa, triplicando representación y mejorando cualquier encuesta previa, reconozco que me sabe a poco. Sé que las cosas se hacen pasito a pasito (y menos escaños han tenido por ejemplo todos los partidos de la cámara excepto CiU o PSC en más de una legislatura), pero me duele ver que un mensaje tan nítido de denuncia de corrupción, de salvaguarda de derechos y libertades individuales y de respeto a la realidad de Cataluña no recibe un respaldo aún mayor por la ciudadanía, particualrmente en unas elecciones tan polarizadas. Dicho lo cual, hay que ser plenamente conscientes que con un presupuesto basado íntegramente en aportaciones de miembros (a diferencia por ejemplo de quienes se financian legal (millones de deudas con bancos) pero además ilegalmente, como el caso Palau de la Música) y con unos medios de comunicación públicos o fuertemente financiados por CiU (y antes por el tripartito) que no dan la menor cobertura cuando no son abiertamente hostiles, el calificativo apropiado es de azaña.

El resultado del PSC encapsula lo sucedido en estas elecciones. Ante la falta de claridad, tanto por el mensaje concreto de estas elecciones, como en general, respecto al nacionalismo, tanto dentro del propio PSC como del PSOE, sus propios miembros hace años que lo están abandonado con notables fugas y fuga de notables a Esquerra, CiU, o Ciudadanos. Raro sería que los electores no hicieran caso a estos obvios signos de inestabilidad y de empanada mental. Visto lo que sube y lo que baja, los electores parecen haber optado en esta ocasión por mensajes más nítidos.

Y qué pasará ahora? Visto el fracaso en relación la motivación de la convocatoria de unas elecciones que ha costado 30 millones de euros y el grado de compromiso de Artur Mas contra la democracia española siendo Presidente en funciones de Cataluña («El proyecto para que España siga siendo España está definitivamente agotado.»; «No nos detendrán ni los tribunales, ni las constituciones, ni nada de todo lo que nos pongan por delante.»; «Están absolutamente en contra de que el pueblo catalán pueda decidir su futuro y están haciendo una guerra sucia brutal.»; «Qué valor tiene la democracia española cuando se usan las cloacas del Estado para hundir la voz de un pueblo.»), parece imposible que semejante sujeto pueda acceder a un cargo de responsabilidad institucional. Mas debería dimitir de inmediato por todas estas razones y por una cuestión de coherencia o de forma alternativa los demás partidos hacérselo entender a CiU. Entiéndase bien, no quito un ápice de legitimidad a quien quiera una Cataluña independiente, y es perfectamente factible hacerlo desde la legalidad (referendum para la modificación de la actual Constitución) pero lo que no es posible es detentar un puesto de semajnte responsabilidad y sostener que uno se siente obligado por las leyes.

Pero bajemos a la realidad de la política catalana, que nada tiene que ver con lo normal. Imagino que en CiU estarían deseando poder seguir pactando con el PP y también el PP con ellos, pero se han metido en una ratonera de la que no pueden salir, por lo que la única salida es un pacto de algún tipo con Esquerra para la elección del Presidente de la Generalidad y posiblemente algo de mayor recorrido, porque en los meses que vienen la situación econókmica no va a mejora un ápice, nos vamos en algún momento a quedar sin dinero para seguir rescatando gobiernos autonómicos y se avecina una de órdago, 

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