Hace unos días hubo una concentración en la plaza Urquinaona convocada por Ciutadans en la se pedía algo elemental, el respeto institucional a la realidad biblingüe de Cataluña (el que tenga dudas puede acudir ). Se sabe que la hubo porque de ello ha dado cuenta un diario de Tarragona. No por cierto gracias a TV3, que dedicó a Ciutadans en todo el mes de enero la friolera de seis segundos, seis, que se dice pronto. Imagino que sólo con dar el resultado de la quiniela una vez por semana ya le han dedicado más tiempo al Getafe.
¿Es necesaria esta iniciativa? ¿Es siquiera conveniente? ¿Se persigue algún idioma en Cataluña? Por partes, en orden inverso y refieriéndonos a los idiomas más hablados en Cataluña, el español y el catalán (que son además los oficiales en todo el territorio, junto con el aranés en el Valle de Arán, desde la aprobación del nuevo Estatuto).
¿Se persigue el catalán en Cataluña? No. Hay una un conjunto de leyes que garantizan el uso del catalán en cualquier instancia por parte de cualquier ciudadano, inlcuidas algunas con el explícito nombre de política lingüística. De hecho, desde la constitución de la Comunidad Autónoma de Cataluña se han realizado ingentes esfuerzos porque así sea y se ha prestigiado como lengua de la administración, la burocracia y la élite. Valgan de muestra que es el dominio de catalán es condición indispensable para el acceso a la administración, que muchos de los que tiene por lengua materna el español utilizan el catalán con sus propios hijos, que la mayoría de las páginas web institucionales tiene dominio ".cat" (que es un dominio lingüístico) o que en el nuevo Estatuto se le da rango de lengua propia de forma exclusiva. Valga incluso de muestra la paradoja de que en el seno de una comunidad se subvencione el uso interpersonal de la lengua propia.
¿Se persigue el español en Cataluña? Empecemos diciendo que no, pero menos. A nadie se le prohíbe su uso, pero éste limita las posibilidades de acceso a una serie de beneficios: escolarización normal, la posibilidad de aparecer en los medios de comunicación de titularidad pública de ámbito catalán, el poder recibir información institucional o incluso a información actualizada (las webs de la Generalitat se actualizan diariamente en catalán y con mucha menor frecuencia en español). Valga de muestra que en el nuevo Estatuto, el español no recibe consideración de lengua propia de Cataluña.
¿Es normal que que no se considera propia de una comunidad la lengua materna de más de la mitad de sus integrantes? Sólo si no se los considera miembros de esa misma comunidad. Pero tampoco parece muy sensato excluir de una comunidad a más de la mitad de sus miembros y pretender que no ha pasado nada, que se sigue hablando de la misma comunidad. Y sin embargo, una amplia minoría de catalanes aprobó el nuevo Estatuto. Luego, o todos los que se abstuvieron, pertencían a esta comunidad excluida, y efectivamente más de la mitad de la población se abstuvo, o votaron a favor por el conjunto del estatuto a pesar de lo anterior, o mucho más probablemente, una mezcla de estas dos y otras causas.
Quedaría por explicar porque esta mayoría de catalanes asume como conveniente las restricciones de uso de la lengua que les es más propia, el español. Si aceptamos que la lengua materna es la más propia de cada persona, ¿por qué comulgan con ruedas de molino por acción u omisión y le niegan el carácter de propia a su lengua? El ejemplo más notable de esta paradoja es el del mismo presidnete de la Generalidad, actual máximo valedor del estatuto, y que tiene por lengua materna el español y utiliza un catalán raquítico y pedestre. Y la razón, sencilla: el afán de demostrar su "integración".
¿Por qué, primero, la distinción entre propia y no propia? Las palabras son cualquier cosa menos inocentes. Así en Cataluña se emplea el sintagma estado español para referirse a España evitando es preciso término. es la usada en el Estatuto, per está tan generalizada que se encuentra incluso en listados del tipo: Italia, França, Alemanya, Estat Espanyol). También se ha optado por emplear castellano para denominar al español. Se puede comprobar fácilmente que para la Real Academia de la Lengua, castellano es antes una "gallina negra muy ponedora" que "lengua española". Ampara este uso sin embargo la Constitución de 1978, probablemente para subrayar que no menos españolas son las otras lenguas: catalán, gallego y euskera.
La designación de lengua propia anunciada en el preámbulo de la Ley de Política Lingüística y aprobada ahora en el Estatut subraya la interpretación de que sólo el catlán es lengua natural de esta comunidad. Algo que formuló con claridad Artur Mas, el líder del partido más votado en Cataluña en las últimas elecciones autonómicas, al afirmar arrogantemente que los que quisieran educación en español que montaran un colegio español, como ya se había hecho con los japoneses.
La naturaleza de lengua propia, que será discuta y discutible, pero que ha quedado fijada en el marco legal, está siendo interpretada en la aplicación del nuevo estatuto de forma exclusiva. Los ejemplos empiezan a abundar, pero daremos uno mayor y uno menor. El primero afecta a todos los ciudadanos de Cataluña, a través del Proyecto de instrucción general del Consejo del Audiovisual de Cataluña sobre la presencia de la lengua y la cultura catalanas y del aranés en los medios de comunicación audiovisual. Establece inequívócamente que el catalán "es la lengua propia de Cataluña y, como tal, es la lengua de uso normal y preferente de los medios de comunicación públicos del país" y acontinuación detalla las obligaciones, hasta extremos que es mejor comprobar por uno mismo.
El otro ejemplo, menor, muestra a través de una sencilla normativa muncipal para colocar un tenderete por Sant Jordi en Gerona, el explícito compromiso que se debe asumir de dirgirse en catalán a todos los que acudan al mismo. No ya la obligación de dirigirse en catalán a los que así lo solicten, sino a todos, con indepedencia de que ambos interlocutores puedan entenderse mejor en cualquier otra lengua. A pesar de lo que pueda parecer, resultarán sin duda más problemáticos los menores, por afectar de manera más explícita el día a día de los individuos.
Seamos rigurosos. Cualquiera entiende que no es perseguir el español el obligar a que las cosas estén (se rotulen) en catalán, aunque lo ideal sería no legislar positivamente sobre estos aspectos y dejarlo al arbitrio de los interesados. ¿Prohíbe girar a la izquierda una señal que recomienda girar a la derecha? Claramente, no, y en esta situación nos encontrábamos hasta ahora, aunque digamos que la intensidad de la recomendación era imperiosa. ¿Prohíbe girar a la izquierda una señal que obliga a girar a la derecha? Por supuesto que sí. Y es lo que se avecina a partir de mañana.
Por ello ese manifiesto llega en un momento clave. Es en realidad una mera cuestión de respeto por las personas, pero también lo es en última instancia de respeto por los derechos individuales.
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