Non sequitur se aplica al pseudo-razonamiento en el que la conclusion no se deriva de los antecedentes. La wikipedia propone un ejemplo algo chusco y para los naturales de esta parte del globo tal vez sea mas familiar el dicho: como se que te gusta el arroz con leche, por debajo de la puerte te meti un ladrillo (pasemos por favor por alto las dificultades intrinsecas a puertas con marcos normales y supongamos que es la de un salon del lejano Oeste).
Aplicacion practica a la lectura de diarios. Albert Branchadell, miembro del comite de expertos del Observatorio de la Lengua Catalana, acusa recibo los resultados de la ultima encuesta de usos linguisticos en Cataluña, que no en toda España, e incide en que el castellano es sin lugar a dudas la lengua principal de los catalanes, se mire como se mire. Cuando uno espera una reivindicacion de una administracion que responda a la realidad linguistica, el lector se topa con un giro de 180 grados. La ciudadania catalana obviamente no se comporta como deberia y el articulista se pregunta si:
- "se garantiza «que todo el mundo pueda ejercer su derecho a utilizar el catalán en toda situación»", ¡pero no respecto al castellano, lengua que acaba de reconocer que es mayoritaria!,
- ¨si existe una ley de lenguas española que incorpore las lenguas diferentes del castellano en los símbolos del Estado y reconozca su uso en las instituciones del Estado? ¡pero no respecto al castellano en Cataluña!
Y prosigue su diatriba para concluir mayestatico: ¨En definitiva, ¿dónde están los «hechos, no palabras» que prometió José Montilla?¨. O sea que, una vez mas, y despues de mas de 30 años de leyes de normalizacion linguistica que la ciudadania catalana hable lo que le salga de las narices es algo que hay que corregir, pero ademas es prueba de dejacion. Habida cuenta que la encuesta de usos de la que parte el articulista se refiere al uso social de las lenguas en la calle, tal vez seria de necesario recordar que en los paises democraticos, y el nuestro se precia de serlo, lo habitual es que sean los propios ciudadanos los que decidan que ponerse para salir a la calle, que periodico comprar, que desayunar y por supuesta que lengua quieren usar con el tipo de al lado, con sus amigos y, en general, donde les venga en gana. Reaparese en que lo anterior ni siquiera entra en el uso de las lenguas con la administracion.
La deconstruccion de la imagen de Miquel Zueras que acompaña al texto, por cierto, es suculenta y concentra de manera magistral todo una forma de manipular la realidad, tan comun en la Cataluña oficial de hoy. Presenta sobre fondo negro a un monigote de color blanco, se supone que el ciudadano catalan medio (ataviado, ignoro por que, con lo que parece un sombrero cordobes, tal vez recordatorio subliminal de una reciente fellatio calami). Del monigote nacen tres bocadillos tipo comic que se supone representan las lenguas mas habladas en Cataluña, que son tal como recoge el texto, el castellano y el catalan, con una presencia marginal del arabe (2%). El arabe se representa por tipografia arabe, el castellano por una rotunda Ñ y el catalan, en lugar de escoger la c cedilla o la yuxtaposicion ny, alternativas concebibles por simetria, por la cuatribarrada bandera de Cataluña, estableciendo la identidad entre Cataluña y la lengua catalana. Como es bien sabido, tal correspondencia es abiertamente falaz, porque no funciona en ninguno de los dos sentidos. El catalan no es ni la unica lengua ni la mas hablada en Cataluña, y tampoco es exclusiva de Cataluña, como bien saben los partidarios dels Paisos Catalans, extiendendo su dominio desde el Rosellon frances, a la Franja aragonesa, a las Islas Baleares y como poco hasta Alicante. No contentos con lo anterior, en la imagen se le atribuye al castellano un bocadillo de tamaño menor que al catalan ¡cuando precisamente el argumento central del articulo es que el castellano es la lengua principal!. En resumen, el mismo articulo lleva la replica oficial incorporada. Insuperable y demagogica forma de decir una cosa y la contraria al mismo tiempo.
Ad infinutum et ad nauseam.